La Provincia de Jujuy pronto tendrá una producción de 40.000 toneladas de carbonato de litio, un producto codiciado por las automotrices y las principales compañías electrónicas del mundo.

Llegar al Salar de Olaroz no es para cualquiera: hay que prepararse, tomar una pastilla de acetazolamida y “mascar coca” todo el tiempo para evitar el mal de la puna, o el llamado apunamiento, un malestar general del cuerpo por la falta de oxígeno y deshidratación que pueden padecer algunas personas en la altura.

El destino es un yacimiento de litio, en la inmensa meseta de la Puna jujeña, unos 3.900 metros aproximadamente sobre el nivel del mar. Es de los minerales más codiciados por las grandes industrias automotrices y de tecnología del mundo. Con el litio se fabrican las baterías que hacen mover a los autos eléctricos, así como las que dan vida a los celulares, solo por poner algunos ejemplos.

El viaje al salar dura poco más de tres horas en automóvil partiendo de San Salvador de Jujuy, se toma la ruta 9 hasta Purmamarca para luego comenzar el ascenso de la cuesta de Lipan; un camino muy transitado por los turistas ya que conduce a la Salinas Grandes, uno de los paisajes más hermosos de Jujuy.

Pero una vez que se atraviesan las Salinas Grandes, continuando por la ruta 52, se vuelve a atravesar una nueva cadena de cerros para así llegar al Salar de Olaroz, sitio de vital importancia para la economía jujeña y de la Argentina, ya que allí se encuentra una de las grandes reservas de litio del país.

La planta que allí se encuentra produce unas 14.000 toneladas de carbonato de litio por año, un proyecto de la empresa Sales de Jujuy que implicó una inversión de UDS 520 millones y la ampliación posterior de otros USD 400 millones. Pero una vez que sea finalizada la nueva etapa, en junio, la planta podrá comenzar a producir carbonato de litio a razón de 40.000 toneladas cada doce meses o más.

Si bien este número no se alcanzaría durante 2023, se espera que durante este año la planta produzca más de 30.000 toneladas y genere USD 3.000 millones, según nos cuenta personal de la planta.

Lo llamativo e increíble, es que años atrás, el carbonato de litio no era tan rentable. Tenía un precio de venta apenas por encima del costo de producción, y hoy hay una demanda de Litio muy intensa. Producir una tonelada cuesta USD 5.000, y la misma se puede vender a USD 53.000 en el mercado al contado.

Ya las grandes automotrices buscan sociedades con las explotadoras de litio para comenzar a migrar hacia la producción de vehículos eléctricos con baterías recargables, ya que cada batería usa aproximadamente un 7% de carbonato de litio.

Las regalías que percibe la provincia

Tal como estipula la Ley de Inversiones Mineras, las empresas explotadoras de litio deben pagar a las provincias regalías por la producción que declaran en “boca de mina”.

La ley tiene como objetivo atraer inversiones extranjeras para explotar el litio. A cambio de eso se otorgan una serie de beneficios a las compañías, como estabilidad fiscal por 30 años, posibilidad de deducir Impuesto a las Ganancias, reducción de pagos en el ingreso a ganancias de maquinarias al país y devolución anticipada del IVA, entre otros.

El litio es un sector que tiene mucha más presencia en la discusión pública, que en la contribución que realmente hace hoy a la economía del país. Las exportaciones de litio representan solo el 0,4% de las exportaciones totales del país.

Aunque distinta es la relevancia regional. El litio presenta un impacto fuerte en el NOA, que es donde están los recursos. Hoy hay más de 50 proyectos iniciados de exploración, pero hay solamente dos en operación, lo que genera un movimiento económico en una región que tiene históricamente mucha dificultad para crear empleo privado.

El proceso de explotación y producción

Pese a la complejidad del proceso de extracción y su posterior tratamiento para la obtención del carbonato, es posible simplificarlo en algunas líneas:

En primer lugar se extrae salmuera de litio en forma líquida del salar, en un proceso similar al de la extracción de petróleo.

Luego se procede a bombear esa salmuera hacia enormes piletones que contienen cal, donde el líquido comienza un largo proceso de evaporación producto del sol y del viento. Nada más sucede en esos piletones. La salmuera espera hasta tener una concentración lo suficientemente grande para poder continuar con el proceso.

Una vez que la salmuera se “redujo” lo suficiente y cuenta con la concentración de litio necesaria, proceso que dura entre 9 y 12 meses, es bombeada hacia las instalaciones industriales de Sales de Jujuy.

Allí la salmuera es tratada con soda ash, un elemento que solo se produce en EEUU y del cual se necesitan tres partes por una del líquido que contiene el litio.

Por último, hay dos caminos posibles para obtener distintos grados de pureza del producto final. El camino corto resulta en un producto con un 99% de pureza y el más largo en una sal con una pureza del 99,5 por ciento.

Lo que vende la explotación jujeña es justamente esa sal inorgánica y no litio en estado puro.

Para concluir, Argentina es el cuarto mayor productor mundial de litio (detrás de Australia, Chile y China), el tercero en reservas (detrás de Chile y Australia) y el segundo en recursos (detrás de Bolivia).

Fuentes: Secretaría de Minería e Hidrocarburos de Jujuy – Cámara Minera de Jujuy

Marcelo Nasjleti

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LITIO :  El “Oro Blanco” de la Puna Jujeña en el Salar de Olaroz
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