Como un ejemplo de articulación público-privada, varios años de investigación de científicos del CONICET encontraron asidero en una alianza de trabajo con una empresa salteña, Industrias Clark SRL, quienes estan poniendo en el mercado un equipo capaz de tratar efluentes tanto cloacales domiciliarios como industriales de distintos procesos. El equipo mantiene su performance incluso en zonas de clima extremo, de hasta 25 grados bajo cero. Aún en estas condiciones es capaz de procesar hasta el 80% del DQO del efluente (unidad de medida del contaminante orgánico), siendo el único del mercado con estas características. “Cuando nos enteramos del material que se había recopilado y creado en investigaciones por varios años y teniendo experiencia en el rubro, rápidamente encontramos una oportunidad para volver realidad y poner a disposición de la sociedad esta tecnología” comento Dario H Pellegrini, CEO de la empresa Industrias Clark. El Reactor Anaeróbico de Flujo Ascendente y Estabilización de Lodos con Acondicionamiento (RAFAEL-AS), como lo llaman en el laboratorio, es un sistema capaz de funcionar en ambientes con temperaturas extremadamente bajas. El sistema puede ser modular y adaptarse a un amplio rango de residuos o efluentes.
En conversación con el responsable de la Oficina de Vinculación Tecnológica del CONICET Salta, el Doctor Fidel Pérez, nos comenta que desde septiembre de 2017 CONICET e Industrias Clark se encuentran trabajando en el desarrollo industrial del modelo tecnológico diseñado por los Doctores Lucas Seghezzo, Martín Iribarnegaray, Alejandro Hernández y Miguel Condorí, investigadores del Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional (INENCO) dependiente de la Universidad Nacional de Salta y CONICET. En la actualidad, las instituciones se encuentran en el proceso de licenciamiento de la propiedad intelectual de manera que Industrias Clark pueda proceder a su comercialización.
Sus campos de aplicación van desde el tratamiento de aguas residuales domésticas como en viviendas unifamiliares, pequeños poblados, emprendimientos industriales, campos de explotación minera, etc, y en el ámbito agrario e industrial puede colaborar en el tratamiento de efluentes cloacales en curtiembres, frigoríficos, clusters de producción avícola o porcina, tambos, etc; y en el área industrial en industrias lácteas, ingenios, industrias vinculadas a los desechos de celulosa, fábricas de cerveza, industrias de alimentos, minería, etc. Las ventajas de aplicar esta tecnología son: funcionar en forma independiente de las condiciones climáticas y temperatura externa; ser modular, tanto para su transporte como para afrontar crecimientos futuros de sistema de tratamiento propiamente dicho; tener requerimientos mínimos de obra civil, facilitando su transporte, logística o cambio de localización; poseer alta eficiencia en la producción de biogás y requerir hasta seis veces menos espacio que un biodigestor de tecnología tradicional.