Panorama optimista en la incertidumbre económica

MINERÍA EN ARGENTINA

¿Qué pueden esperar las empresas del sector en momentos de economía cambiante? Algunos datos de los últimos años permiten prever un camino de crecimiento y la consolidación como uno de los principales sectores exportadores del país.

La actividad minera continúa siendo una de las grandes promesas de la economía argentina. Con exportaciones por un estimado de 3900 millones de dólares en 2018, según un informe de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), la industria se posiciona como el cuarto complejo exportador del país.
Es dable señalar que 2018 fue un año particular. Si bien a principios del año pasado las exportaciones habían aumentado, la tendencia se revirtió en los últimos meses y viró a la baja. A eso se sumó una corrección en los precios de los commodities a fines de 2018.
“No ha sido un año fácil para la Argentina ni para el sector”, dice Marcelo Álvarez, vicepresidente 1º de CAEM, en el informe. “Pero desde la industria, queremos redoblar nuestro compromiso de apoyar la construcción de un país mejor. Estamos genuinamente convencidos de que la minería puede generar un aporte importante en este momento crítico, desde lo macroeconómico, pero por sobre todo, desde el punto de vista de la transformación de los territorios que más lo necesitan”, completó con optimismo.
Cifras positivas

De todas formas, un informe de la Subsecretaría de Desarrollo Minero elaborado para la secretaria de Minería, Carolina Sánchez, puso foco en la tendencia trienal 2015-2018. Allí se resalta que “uno de los mayores indicadores de crecimiento en la actividad es el número de perforaciones realizadas en materia exploratoria”, que en el período anteriormente citado se concentró principalmente en la búsqueda de oro, uranio, cobre y litio. Con respecto a las perforaciones, el informe resaltó que las efectuadas por las compañías del sector pasó de 244 en 2015 a 1000 el año pasado, o sea, un 310% más.
Casi la mitad de las perforaciones exploratorias del año pasado fueron en el rubro del oro. Según el informe, el crecimiento representó un 2200% y permitió extender la vida útil de las operaciones mineras e incrementar los recursos en proyectos auríferos avanzados.
Por su parte, las perforaciones en búsqueda de uranio se incrementaron 1000% y el avance en las de cobre fue de 30%.
Párrafo aparte merece el litio, el mineral que más atención concita y del que más expectativas se tienen. El propio informe de la Subsecretaría de Desarrollo Minero lo señala como “uno de los principales objetivos en 2017 y 2018”. Argentina se ubicó como “el segundo destino a nivel mundial por la búsqueda de este elemento clave para las energías limpias y el primero en recursos identificados”. En este caso, las perforaciones realizadas (inexistentes en 2015-16) totalizaron 221 el año pasado, es decir, 62% más que las 136 de 2017.
El comunicado de CAEM refuerza la percepción sobre el buen momento del litio. Allí señala que “el litio ha sido el sector que más avanzó en el país” y que “Argentina se posiciona como el tercer productor mundial, con dos proyectos en operación (Salar de Olaroz y Salar del Hombre Muerto) que producen 30.000 toneladas de LCE (carbonato de litio equivalente), lo que representa 16% de la producción mundial”. A ellos se suman dos proyectos de ampliación de explotación y otros tres emprendimientos en exploración avanzada y construcción.
Las proyecciones indican que Argentina quintuplicará su capacidad productiva de aquí a 2021. Esto, si solamente se consideran los dos proyectos en operación y los seis proyectos más avanzados que probablemente comiencen a producir en los próximos años. Pero, según la CAEM, la capacidad podría multiplicarse por siete en caso de que entren en operación diferentes proyectos que están en su etapa de exploración avanzada (para más información sobre el litio en Argentina, vea el artículo “El furor por el ‘oro blanco’” en esta misma edición).

Inversiones en exploración

El informe de la Subsecretaría de Desarrollo Minero destacó que durante 2018 las empresas del área destinaron a actividades exploratorias 241 millones de dólares, lo que significó un incremento de 15,3% si se lo compara a las cifras de 2017. Más todavía si se lo contrasta con los presupuestos para exploración correspondientes a 2016 (150 millones de dólares) y a 2015 (125 millones de dólares). Las firmas que más invirtieron en este sentido fueron las canadienses (62%), seguidas de lejos por compañías británicas, estadounidenses, australianas y de Corea del Sur.
La publicación de CAEM también enfatiza que en los últimos tres años la exploración minera repuntó en el país. En esa línea, señala que “de cara a los próximos años, Argentina tiene un excelente potencial, dado que cuenta con importantes recursos mineros, siendo a nivel mundial el primer país con mayores reservas de litio, sexto en plata y décimo en oro”. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los procesos productivos mineros poseen sus particularidades y sus tiempos, dado que los proyectos de inversión están caracterizados por su alto riesgo económico, los grandes volúmenes involucrados y los prolongados plazos de recupero del capital hundido.
La conclusión del estudio de CAEM es que, en términos reales, “se espera que la industria minera sea uno de los sectores de mayor crecimiento en los años venideros. La Argentina se enmarca en este proceso de desarrollo, no exento de dificultades y con menor celeridad que la necesaria, pero con el reto de ganar cada vez más participación en el flujo de inversiones hacia la región”.

Durante 2018 las empresas del área destinaron a actividades exploratorias 241 millones de dólares, lo que significó un incremento de 15,3% si se lo compara a las cifras de 2017”

Informe de la Subsecretaría de Desarrollo Minero

Los pendientes

Para finalizar, cabe citar los dos aspectos que dan incertidumbre al sector para el desarrollo cabal de proyectos que se hallan en carpeta. Por un lado, la presión tributaria: si bien el actual gobierno de Cambiemos había comenzado su gestión con una quita de retenciones a la actividad en 2016, el año pasado volvió a colocarlas en virtud de la crisis imperante. Los empresarios aguardan el alivio fiscal para materializar algunas nuevas inversiones.
Pero, por otro lado. más allá de estos vaivenes económicos tan comunes en Argentina, la vigente Ley de Glaciares y el Inventario de Glaciares finalizado hace unos meses imponen un desafío de fondo para el accionar de las empresas mineras en el país, que llevó a varias provincias a pedir una reforma de la norma.
A pesar de los años que transcurrieron desde la sanción de la Ley y de la posterior consolidación del Inventario de Glaciares, todavía hay quienes ponen objeciones sobre qué superficies son las que deben ser preservadas. Empresarios mineros y provincias como San Juan, Catamarca y Mendoza, impulsan una reforma de la norma para limitar la intangibilidad del ambiente periglaciar. Según argumentan estas voces, unos 21 proyectos mineros son los que están trabados a la vez que se frenaron inversiones por 18.000 millones de dólares.
Por su parte, varias ONG advierten que la iniciativa pone en riesgo reservas vitales de agua dulce en zonas de lluvias escasas y aridez extrema. Además denunciaron que el inventario de áreas a preservar que se hizo sobre la base de la ley que ahora se pretende flexibilizar incumple la propia norma al no incluir todas las superficies que contienen agua sólida. La controversia se encuentra judicializada y sin resolución hasta el momento.
El sector público deberá, entonces, trabajar sobre estos aspectos para darles un cauce único que permita que la enorme potencialidad del sector minero argentino termine de pasar a la acción.

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