Entrevista a Daniel Montamat
El ex secretario de Energía analiza la forma en que Argentina debería encarar una política minera. Opina sobre el rol de las empresas mineras provinciales y llama a promover la radicación de inversiones y a evitar trabas al sector minero.
Inser Group SRL. es una empresa dedicada a la comercialización de insumos, herramientas y repuestos para la industria Petrolera y Gasífera. Además, fabrica equipos de superficie para dichas industrias. Su área de trabajo son las provincias de Neuquen, Rio Negro, Chubut y Santa Cruz. Guillermo Ezeiza, gerente comercial de la compañía, brindó su visión acerca del estado actual del negocio y las perspectivas que plantea la llegada de las explotaciones de hidrocarburos no convencionales.
En su columna “El dilema del desarrollo minero” publicada en el periódico El Cronista usted marcaba la disparidad de criterios entre las provincias en cuanto al desarrollo de la minería a cielo abierto. En qué cree que está fallando la estrategia a nivel país?
La Argentina tiene un Código de fondo de Minería, lo que determina la necesidad de una política minera nacional. Lamentablemente, porque no existen políticas de largo plazo (y esto involucra no solo la minería, sino también la energía y tantos otros sectores), las provincias van haciendo camino al andar y van estableciendo sus propias políticas mineras. Y a veces las políticas mineras, en esta Argentina que es tan dicotómica, se establecen en términos de “minería sí” o “minería no”. Me parece que lo que tenemos que discutir como país, por las potencialidades que tenemos, es “minería y sustentabilidad”. Es decir, “minería sustentable”. Esa debería ser la base, el eje, de una política mineral. Y, en función de esa política minera nacional, las provincias tendrían que acomodar sus respectivas políticas mineras provinciales. Habrá entonces provincias que decidirán que no conviene la minería en determinada zona o que no conviene un determinado tipo de minería. Pero me parece que si partimos de una política nacional, de toda la Argentina hacia afuera, tenemos que convenir de que se trata de un negocio lícito que está fundado en uno de los Códigos de fondo. Hoy existen siete provincias (Chubut, Mendoza, Tucumán, La Pampa, San Luis, Córdoba y Tierra del Fuego) que han prohibido la minería a cielo abierto con uso de cianuro. Si esas prohibiciones se llegan a generalizar, establecen una cuestión de previo y especial pronunciamiento. ¿Cómo va a haber minería sustentable en un país que ha venido restringiendo, cada vez más, la actividad minera? Despejemos esto. Si aceptamos la minería, después discutamos la sustentabilidad. Si decimos “no” a la minería, no podemos hablar después de minería sustentable”. i decimos ‘no’ a la minería, no podemos hablar después de ‘minería sustentable’” ¿Cómo ve el nacimiento de la Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI)? ¿Lo ve como un hecho positivo? Me parece positivo que las provincias se organicen, como han hecho las provincias petroleras, siempre y cuando el resultado de ese proceso sea comenzar a discutir lineamientos, convergencias en materia de prácticas mineras, convergencias en materia de regulaciones ambientales, convergencias para que la renta minera vaya a las comunidades locales por donde pasa la actividad y no se la lleve en gran parte el Gobierno nacional. Todo esto hace a un bagaje de temas a discutir, donde si hay profesionalismo y visión técnica, me parece que estas organizaciones pueden servir para enriquecer a aquellas provincias que son productoras mineras. “ Lo que tenemos que hacer es promover inversiones y desarrollo para que crezcan las exportaciones mineras, que pueden crecer muchísimo más”
En los últimos años se crearon distintas empresas estatales provinciales. ¿Cree que este es un apuntalamiento para el sector o se trata, más bien, de un intervencionismo del Estado para quedarse con parte de la renta minera y obstaculiza la inversión privada?
A mí me parece que tiene que ver con esto último. Es una forma de los Estado provinciales de decir: “Como la Nación no deja que me apropie de parte de la renta en violación al principio de estabilidad fiscal (retenciones -derechos de exportación-), entonces me meto en la renta minera vía el accionar de empresas provinciales que van a participar en la actividad”. Yo no tengo prejuicios con la existencia de empresas provinciales, pero estas empresas provinciales no deben ir solo a la apropiación de renta sin poner recursos técnicos, humanos y financieros. Yo pretendo que existan empresas provinciales viables financieramente, con recursos técnicos, que puedan convertirse en verdaderos socios de la actividad. De lo contrario, va a pasar como en el famoso acarreo petrolero, donde la empresa petrolera se mete, pide una parte sin poner nada y todo esto no hace más que marginalizar la explotación de ciertos yacimientos. Cuando solo se discute renta, sin aportar financiamiento y sin capacidad técnica, a lo mejor lo que estamos haciendo es “matar la gallina de los huevos de oro”. Yo pretendo que estas empresas provinciales sean verdaderas empresas mineras y no “mochilas” que se cargan a una actividad y que la pueden llevar al margen de su rentabilidad económica. Una discusión que se dio a partir del tema del litio es si la Argentina no debería dejar de ser mero exportador de commodities y pasar agregar valor local, por ejemplo a través de las baterías de litio. ¿Estamos en condiciones y las universidades e investigadores pueden aportar en este sentido, o estamos llegando un poco tarde a esta carrera tecnológica? En el sector minero tenemos que buscar agregar valor. Eso depende mucho de la escala. En oro, por ejemplo, se puede refinar si uno tiene la escala. En cobre los chilenos están refinando. Ojalá acá no solo desarrollemos el litio, sino las pilas de litio, después las baterías y, si es posible, los autos eléctricos. Pero todo esto requiere de una política de largo plazo y para eso hay que ver cómo viene la integración regional, porque a veces la reducida escala doméstica se compensa cuando el mercado regional pasa a ser la nueva escala del mercado doméstico. De eso debería tratarse el Mercosur y estas zonas económicas comunes que ha desarrollado la Argentina; deberían darnos la escala regional para un mercado doméstico, que a veces no la tiene, para que a partir de allí agreguemos valor y desde allí vayamos como plataforma a los mercados internacionales. En su columna usted marca el caso de Potasio Río Colorado, que fue paradigmático porque quien abandonó el proyecto fue justamente una empresa brasileña, Vale… ¿Por qué terminó? Por cuestiones puramente coyunturales: tenía que ingresar dólares a 8 pesos… Una política de largo plazo sectorial quedó nuevamente entrampada en el cortoplacismo macroeconómico de la Argentina, con el doble dólar, las restricciones de entrada y de salida, con el tema de la remisión de utilidades, sin las cuales no van a venir inversiones extranjeras directas. Todo esto hay que reverlo en un contexto de largo plazo.. Un último punto, relacionado también con estas políticas de largo plazo y la estrategia sectorial, es el intento de la Secretaría de Minería, en los últimos años, de promover la sustitución de importaciones en el sector minero. Se decía que de esa manera podíamos evitar cierta salida de divisas. ¿Es una decisión apresurada? ¿Hay posibilidades de sustituir importaciones? Estamos preparando un trabajo que hemos decidido traducir en un libro, “Minería y desarrollo”. Lo que tenemos que apuntar es al desarrollo de potencial a largo plazo. La minería está aportando divisas, pero podría aportar muchísimas más divisas a la balanza comercial. Entonces, ¿qué es esto de sustituir ciertas importaciones? Lo que tenemos que hacer es promover inversiones y desarrollo para que crezcan las exportaciones mineras, que pueden crecer muchísimo más. En cambio, en ese mismo estudio, nosotros hemos evaluado que, por ejemplo, si se generalizara la prohibición a todo el país, estaríamos perdiendo el 81 por ciento de las exportaciones del sector minero, que en 2013 fueron de 4100 millones de dólares; es decir, estaríamos perdiendo 3326 millones de dólares del producto minero. Si restringimos la minería a cielo abierto mixta, estaríamos perdiendo el 69 por ciento del valor minero, lo que nos significaría 3358 millones de dólares de generación de valor producido argentino. Estas son las cosas que tenemos que medir y pensar bien cuando nos planteamos estas discusiones, sin tener respaldo en números.